El jamón nos apasiona. Es el objeto de nuestro negocio, está claro, pero lo disfrutamos día a día, desde hace más de 40 años. Nuestros expertos solo buscan la mejor calidad de la Península ibérica, lo valoran, lo escogen y lo llevan a nuestros secaderos donde acaban en gran parte el proceso de curación y maduración para que esté al punto como nos gusta. Mimamos cada pieza que nos llega, la cuidamos hasta que llega a casa de nuestro cliente. Si una vez ya en nuestro secadero, tampoco nos acaba de convencer, lo devolvemos al ganadero, solo queremos la excelencia. Y eso solo lo podemos hacer porque no somos productores directos. A nuestros clientes les damos lo mejor, y si no están contentos se lo cambiamos. El jamón debe dar placer y si no es así, no hemos logrado nuestro objetivo.